“Ya sabíamos que íbamos a un fábrica de zapatos. Lo que no sabíamos era a cuál”, nos reconoció una de las comensales nada más llegar al lugar del Hidden Kitchen con Marga Coll (Miceli y Arrels by Marga Coll). Vale, tenemos que asumir que esta vez las pistas que enviamos a los atrevidos comensales que se apuntaron a esta misteriosa cena eran un poco más fáciles que de costumbre. Nos apetecía jugar, pero tampoco queríamos que lo adivinaran antes de tiempo… Al entrar en Inca los BMW de Proa Premium que trasladaron a los comensales desde el punto de encuentro al lugar de la cena, las sospechas de muchos de ellos aumentaron, pero adivinarlo no iba a ser tan fácil. De entre tanta fábrica de zapatos y pieles que hay en la zona de es Raiguer, sólo una podía ser la elegida. Y, en este caso, fue la casi centenaria Kollflex, originaria de Selva.
Escondimos la cocina de Marga Coll en la antigua fábrica de Kollflex, la emblemática empresa mallorquina de calzado
Kollflex, que nació en Selva en 1927 de la mano de Llorenç Coll Sampol, se trasladó a esta antigua fábrica hace cerca de 40 años. Hoy en día, la marca mantiene parte de su producción en la isla -otra parte en la península-, pero estas instalaciones han jubilado las máquinas de coser, encolar, pulir, etc. y les ha dado un lugar de honor en el recientemente inaugurado Museo del Calzado de Selva, que contiene joyas como maquinaria, piezas originales de sus primeras colecciones y anuncios de la marca de mediados de siglo XX. En la actualidad, Kollflex está presente en casi todo el mundo, llevando sus productos de piel por toda Europa, Asia y América.
Al llegar a Kollflex hicimos pasar a los comensales al front row de un desfile muy original: la chef Marga Coll interpretó seis modelos de la colección Primavera – Verano 2017 de Kollflex. Un zapato, un aperitivo. El equipo de Miceli desfiló con los modelos seleccionados a la vez que servía el aperitivo en cuestión. Mientras, Pep Coll, director comercial de la marca, presentaba uno a uno los modelos. Una manera original de arrancar un menú y una manera diferente de presentar una colección. Seguro que ninguno de los comensales se imaginó al llegar a la fábrica que estaban a punto de presenciar un desfile en directo.
El desfile arrancó con la sandalia de mujer Canela, una sandalia de ante color canela que Marga interpretó con un crujiente de queso Mahón – Menorca. Luego llegarían, entre otros, un rollito de salmonetes a la mallorquina para vestir un mocasín de caballero de color arena o un original arroz negro con all-i-oli con el que la chef interpretó una deportiva de mujer con estampado de cebra.
Presentamos 6 modelos de zapatos de Kollflex con un original pase de modelos que mezcló calzado y gastronomía
Al finalizar el desfile, los comensales accedieron al Museo del Calzado de Selva, donde la familia Coll les explicó el porqué de esta instalación y las piezas que alberga, donde se puede admirar cronológicamente el 100% del proceso de fabricación de un zapato. En esta zona de la fábrica había maquinaria, piezas de museo, antiguos anuncios… pero ni cocina, ni mesas, ni sillas. ¿Dónde habíamos escondido la cocina de Marga Coll?
“Un poco más al fondo”. Específicamente, tras un muro de cajas de zapatos, allí donde hacía años que nadie entraba a trastear y donde antaño hubo una fábrica a pleno rendimiento. La actividad la intuimos al ver las docenas de máquinas con una capa de polvo que se ha depositado ahí con el paso de los años; las estanterías en las que un tiempo atrás se almacenaban los materiales necesarios para la producción de calzado; los mecanismos de rieles en los que hace 40 años los trabajadores de la fábrica hacían correr los zapatos en producción; las baldosas manchadas con los restos de cola que el zapato ya no necesitaba. Ahí, y justo ahí, es donde montamos con la empresa de alquiler de material para eventos Jaiak una improvisada cocina y un improvisado comedor, todo decorado con elementos propios de la fábrica. Retales de pieles hacían las veces de bajoplatos coloridos y antiguas hormas de zapatos fueron personalizadas para asignar los asientos, entre otros elementos decorativos.
La empresa de alquiler de material para eventos Jaiak hizo posible montar este restaurante improvisado en una antigua fábrica de calzado
El olor a pieles inundaba todo el espacio, tapado sólo por los aromas de los platos que Marga Coll iba cocinando, uno detrás de otro, ante la mirada de los veinte comensales. Desde un consomé de tordos a un original postre, “Suela de zapato”, todos ellos maridados con la propuesta de vinos de Bodega Biniagual, explicados y servidos por Cristina Basáñez, responsable comercial de esta bodega mallorquina que ha devuelto la producción vinícola y agrícola al llogaret de Biniagual, situado a pocos kilómetros del núcleo urbano de Binissalem. Entre vino y vino, y para refrescarse un poco, agua Evian, siempre presente en los eventos Hidden Kitchen. Y, para terminar, una propuesta de petit fours y cafés y tés de Marabans Coffee & Tea pusieron el punto y final a una velada muy diferente.
Además de la experiencia gastronómica, los comensales se llevaron a casa dos obsequios cortesía de Kollflex. Por un lado, una horma de zapato personalizada con su nombre y, por otro, el libro conmemorativo del 75 aniversario de la marca. Esperamos que la experiencia quede en sus memorias.
Este evento sólo es posible gracias a la implicación de numerosas marcas que dan su apoyo al proyecto Chefsin y a la confianza de los comensales, que se apuntan a una cena sin saber dónde les vamos a llevar, qué van a comer o con quién van a compartir mesa.
La fábrica Kollflex de Selva va a vivir una segunda juventud gracias a la iniciativa del empresario Pep Coll, tercera generación de una familia zapatera, y del artista Joan Lacomba. El espacio muestra, de una forma sencilla, un recorrido por la manera de elaborar calzado de calidad y ofrece además una selección de modelos de varias décadas atrás que aporta una perspectiva sobre los estilos que se han sucedido a lo largo del tiempo. Pero este museo va un paso más allá y recoge también una muestra del trabajo de varios artistas relacionados con el municipio de Selva, como Andrew Pinder, Biel Noguera, Francesc Alegre y Olé, Jaume Coll, Joan Sastre, Mara Grubert y Miquel Salom. Aunque la pieza más espectacular de todo el recinto es la enorme instalación del propio Lacomba, llamada Mans, mans, mans, peus, que atrae enseguida la mirada del visitante. Concebida como un homenaje a todos los hombres y mujeres que han dedicado su vida a este mundo del calzado más artesanal, la gran pieza recibe a los visitantes en el centro de la exposición.
La antigua fábrica de zapatos Kollflex de Selva ha transformado parte de la nave que albergó en su día los procesos fabriles a una exposición permanente en homenaje a esta industria. El pasado jueves se inauguró el museo.
La exposición alberga viejas máquinas y utensilios usados para los confección de calzado, y los conjuga con expresiones artísticas de diversos autores, todos ellos residentes en el municipio.
Pep Coll, miembro de la tercera generación de empresarios, que sacaron adelante en su día dicha marca, se encargó de presentar la nueva iniciativa. El interlocutor expresó, con cierta añoranza, «la importancia de la fabricación de calzado en toda la comarca de Inca, y en especial en el municipio de Selva; algo que con la apertura de este museo queremos preservar para los jóvenes que hoy por hoy desconocen este rico pasado». Coll también se emocionó al recordar como dos generaciones de su familia fabricaron zapatos en el lugar y como la tercera se vio obligada a dejar la confección para dedicarse únicamente a la comercialización.
El museo está distribuido siguiendo el modelo de fabricación en cadena. Es decir se han colocado las máquinas y otros utensilios de fabricación en el orden que seguirían en el proceso fabril.
Pueden observarse elementos de diferentes épocas del siglo XX, la mayoría de ellos.
Colaboración
Coll recordó: «A la hora de plantearnos afrontar el proyecto contamos con la inestimable colaboración del artista local Joan Lacomba, quien, desde un principio, se interesó y participó activamente». Lacomba es el responsable de coordinar la muestra artística que acompaña a la histórica . Él mismo es autor de una torre de carros de fabricación rematada por centenares de formas que, con una considerable altura, se encuentra en mitad del museo.
El acto de inauguración contó con una numerosa asistencia de personas relacionadas con el mundo del calzado así como autoridades locales y autonómicas.
Agradecimiento
El alcalde de Selva, Joan Rotger, agradeció «el interés de una familia del municipio por brindar una oferta turística más y por el interés de preservar un patrimonio etnológico y cultural propio»